José Hernández nació el 10/11/1834 en Argentina y falleció el 21/10/1886.
Nació el 10 de noviembre de 1834. Su padre se llamaba Rafael y pertenecía a una familia federal; su madre era Isabel Pueyrredón y pertenecía a una familia unitaria; el niño nació en el caserío de Pedriel, hoy partido de San Martín, y quedó al cuidado de sus tíos Victoria y Mariano Pueyrredón, cuando sus padres se fueron al campo para trabajar en una estancia de propiedad de Rosas.
A la edad de 4 años José ya leía y escribía, y cursó su escolaridad en el Colegio de Don Pedro Sánchez.
Hacia 1840 al arreciar la represión rosista contra los unitarios, los tíos de José deben emigrar, razón por la cual el niño queda a cargo de su abuelo paterno, José Hernández Plata, federal convencido. Según consta en archivos y diarios, estudió en el Liceo Argentino de San Telmo, dirigido por Pedro Sánchez hasta que abandona Buenos Aires aquejado por un mal al pecho, para reunirse con su padre en una estancia de Camarones.
Previamente, en 1843, había muerto su madre, a la que no veía desde muy pequeño, y a la que probablemente no recordaba.
Fue en el campo donde entró en contacto con el estilo de vida, las costumbres, la lengua y los códigos de honor de los gauchos. Allí vive 9 años y tiene participación en varios enfrentamientos con los indios, que en aquel entonces ocupaban gran parte de la provincia de Buenos Aires.
En marzo de 1857 se instala en ciudad de Paraná, poco antes de recibir la noticia de que su padre ha muerto en el campo, fulminado por un rayo. Es en ésta ciudad de Paraná donde conoce a Carolina González del Solar, con quien se casa el 8 de Junio de 1863 y luego tiene 7 hijos: seis mujeres y un varón.
Con el correr de los años, José Hernández se transformó en un autodidacta, y a través de sus numerosas lecturas adquirió unas claras ideas políticas. Según su hermano menor, Rafael Hernández, una de las características más notables del poeta era el don de la elocuencia. Era capaz de improvisar versos y discursos en reuniones de amigos o en el Congreso. Su memoria era fuera de lo común y su voz potente resonaba en el recinto.
Entre 1852 y 1872, durante una época de gran agitación política en el país, defendió la postura de que las provincias no debían permanecer ligadas a las autoridades centrales, establecidas en Buenos Aires. En el año 1853 viste uniforme militar y combate en Rincón de San Gregorio contra las fuerzas del coronel rosista Hilario Lagos. Obedeciendo a sus ideales combatió luego bajo las órdenes de Urquiza, intervino en las batallas de Pavón y de Cepeda (1859) y luchó junto al caudillo López Jordán en la última rebelión gaucha contra el gobierno de Sarmiento, un desdichado movimiento que finalizó en 1871 con la derrota de los gauchos y el exilio de Hernández al Brasil.
Dos años más tarde, al regresar a la Argentina, continúa su lucha por otros medios, como la fundación del periódico “Revista del Río de la Plata”, en el que defendió posturas federalistas, la publicación de una serie de artículos en “El Argentino” y la edición del diario “El Eco” de Corrientes. Más tarde tendría la oportunidad de difundir sus ideas como legislador, ya que se desempeñó como Diputado (1879) y como Senador por la Provincia de Buenos Aires ( 1881).
Su inicio en la literatura fue con algunas composiciones poéticas cultas, sin mayor fortuna. Fue en la poesía gauchesca, de vigorosos perfiles y de tono genuinamente popular, donde encontraría su inspiración y legaría una obra genial. En 1863 escribe “Rasgos biográficos del general Ángel Peñaloza” (en donde narra la vida de éste famoso caudillo riojano y que es llamado “Vida del Chacho” a partir de la segunda edición), “Instrucción del Estanciero” (tratado sobre las posibilidades económicas del campo argentino con consejos para el hombre de estancia), la descripción gaucha “Los treinta y tres orientales” y varios escritos dispersos que fueron recopilados póstumamente en “Prosas del autor del Martín Fierro (1834-1886)”.
El 28 de noviembre de 1872 el diario “La República” anuncia “El gaucho Martín Fierro” (Martín en honor de Martín Güemes) y lo publica en forma de entregas. En diciembre aparece editado por la imprenta “La Pampa”, precedida por una importante carta del autor a su amigo y editor Don José Zoilo Miguens. La obra comenzó a venderse en las zonas rurales. Era leída en grupo, en fogones o pulperías y su gran éxito se debió a que pintaba con veracidad las vicisitudes del gaucho y los paisanos se reconocían en la desgracia del protagonista.
En 1879 se publica la continuación de la obra, llamada “La vuelta de Martín Fierro”, en una edición ilustrada por Carlos Clérice. Ambas partes conforman el “Martín Fierro”, extenso poema nativo calificado de obra maestra en su género, que logra la interpretación sociológica de una época y de una sociedad, auna lo lírico, lo descriptivo, lo satírico y lo épico, alcanzando los caracteres de una epopeya.
El gran mérito de José Hernández fue el de llevar a la literatura la vida de un gaucho contándola en primera persona, con sus propias palabras e imbuido de su espíritu. En el gaucho, descubrió la encarnación del coraje y la integridad inherentes a una vida independiente. Ésta figura era, según él, el verdadero representante del carácter argentino. Curiosamente, lo que no consiguió en su actividad política lo obtuvo por medio de la literatura. A través de la poesía consiguió un gran eco para sus propuestas, y el Martín Fierro fue su más valiosa contribución a la causa de los gauchos.
El 21 de Octubre de 1886 muere en su quinta de Belgrano, Buenos Aires, siendo senador de esa provincia.
En su homenaje, el 10 de noviembre (aniversario de su nacimiento) se festeja en la Argentina el Día de la Tradición.