La tradición cristiana le atribuye la autoría del primer evangelio sinóptico. Según se describe en los Evangelios (Mateo 9:9 y Marcos 2:14), Jesús le pidió que se uniera a sus seguidores, debido a lo cual fue duramente criticado, puesto que Mateo ejercía de recaudador de impuestos, por lo que no gozaba de las simpatías de sus conciudadanos. El Nuevo Testamento no aporta más detalles biográficos sobre su persona, si bien la tradición indica que evangelizó Judea y, posteriormente, fue misionero en Etiopía y Persia. Hay disparidad de criterios acerca de su muerte, y mientras algunas fuentes mencionan que murió martirizado, otras afirman que falleció de muerte natural. En 1808, la iglesia de la ciudad italiana de Salerno reafirmó que se habían hallado sus restos. Su evangelio, escrito probablemente hacia el año 80, va dirigido a lectores palestinos o judíos crisitianizados y, por ello, familiarizados con el Antiguo Testamento. También por ello, pone especial empeño en demostrar que Jesús es el Mesías anunciado. No obstante, la crítica moderna rechaza atribuirle, al menos en su totalidad, dicho evangelio